Soñar con una vida mejor o emprender en la actual Venezuela desafía la imaginación de hasta los más optimistas. La única certeza en dicho país es que si el Gobierno no te arrebata tus bienes, la hiperinflación se encargará de devorar tus ingresos.
Como resultado de políticas económicas destructivas, los venezolanos ya no pueden adquirir las necesidades básicas con los bolívares que cada mes valen menos. Nada queda para ahorrar o invertir.
Michael Bennett, un emprendedor y colaborador del programa Bastiat Society en Venezuela, cree que la historia venezolana sería distinta si bitcoin hubiera existido antes del régimen chavista.
Bennett es un asesor e inversionista de tecnología y startups. Nació en Hawaii y ahora divide su tiempo entre San Francisco y Caracas.
Bastiat Society ayuda a los venezolanos con asesoramiento sobre temas monetarios y de emprendedurismo. Bennett participa enseñando cómo hacer un plan de negocios y fijarse metas para alcanzarlo. También aboga por innovaciones tecnológicas “que están volviéndose realidad tanto ahora como dentro de 20 años, y que el pueblo venezolano puede aprovechar”.
Cuando Bennett llegó a Venezuela, su mayor sorpresa fue descubrir cuánto control el Gobierno tenía sobre la mente de las personas. La propaganda chavista había sido muy efectiva en convencerles que el Estado es siempre un benefactor. Muchos parecían atrapados en una secta, admirando a Hugo Chávez y Nicolás Maduro como dioses y no como los responsables de la ruina nacional.
Bennett además promueve bitcoin y la programación en general como una forma de desarrollo social. Antes de visitar Venezuela, ya estaba interesado en el estado de las criptomonedas en el país caribeño.
Sin embargo, la verdad es que los venezolanos están lejos de usar masivamente bitcoin o cualquier otra criptomoneda. Además, Maduro lanzó petro, su propia criptomoneda estatal que busca monopolizar la economía digital del país y conseguir fondos para sostener su régimen socialista.
Bennett explicó que petro es la antítesis de bitcoin: se trata en realidad de un bono centralizado cuyo valor está vinculado al barril de crudo venezolano. Afirma que tiene las mismas características de muchas criptodivisas consideradas estafas, por lo cual es bueno saber que prácticamente nadie la usa en su día a día.
Una forma en que los venezolanos pueden usar bitcoin a su favor es trabajando mediante plataformas que pagan en esta criptomoneda por completar ciertas tareas, como Earn.com. Incluso si solo ganan unos pocos dólares, ese ingreso sería más estable que lo que obtendrían normalmente con bolívares, asegura Bennett.
Creo firmemente que bitcoin prevendrá la aparición de otra Venezuela, con la excepción de un país que sea capaz de filtrar exitosamente paquetes de datos de internet. En el futuro, los individuos ganarán dinero en criptomonedas o como mínimo en otra moneda además de la nacional, y estarán protegidos de la inflación. Si un Estado falla, ellos se mudarán, ejerciendo su opción de salida.
Bennett también cree que la minería de criptomonedas puede convertirse en una bonanza para los venezolanos, ya que el costo subsidiado de la energía está entre los más bajos del mundo.
Sin embargo, existen riesgos importantes. El régimen no tiene respeto alguno por los derechos de propiedad y podría apropiarse de los bienes, como ya lo ha hecho. La inseguridad jurídica es completa; recientemente, el Gobierno chavista pasó de prohibir la importación de equipos de minería a permitirla de nuevo días después sin explicación alguna. La pobreza y violencia generalizada convierten a las empresas de minería en blancos atractivos para criminales y funcionarios extorsivos, sin mencionar la pesadilla que suponen los frecuentes cortes de energía y de señal de internet.
No es posible comprender a cabalidad por lo que están atravesando los venezolanos sin estar allí. Las abrumadoras tasas de pobreza, desnutrición y mortalidad infantil son apenas las más visibles consecuencias de otro fracaso socialista. A pesar de toda esta crisis humanitaria y una elección boicoteada, Maduro se aferra al poder.
Sin embargo, reformas políticas y elecciones transparentes no son suficientes para encausar una sociedad que se ha vuelto dependiente del Estado. Como lo dijo Bennett, es crucial cambiar la mentalidad de los venezolanos hacia una donde la autonomía y la libre empresa puedan reconstruir el país desde abajo.
Para conocer más sobre el trabajo de Michael Bennet y sus visitas a Venezuela, pueden encontrarlo en Earn.com o seguirlo en Twitter.
Lea la versión original en inglés, publicada en el blog del American Institute for Economic Research.